El sistema digestivo es uno de los sistemas protagónicos de nuestro cuerpo. De él depende directa o indirectamente el bienestar del resto de los órganos y por tal motivo, la inflamación o el daño de este, repercute en todo nuestro cuerpo y en muchas patologías relacionadas con el dolor, la neurodegeneración o los problemas autoinmunes.

Estos problemas empiezan cuando este sistema está dañado o inflamado; por ende, la resolución de estas enfermedades van de la mano de una desinflamación de todos los órganos que pertenecen a este sistema.

Soy Juliana Sierra, médica y fundadora de la Clínica Oxivida y hoy quiero escribir acerca de la inflamación intestinal, una alteración cada vez mas frecuente, y, como este daño altera el resto de nuestro organismo.

Empecemos por el primer paso, entender ¿Qué es el sistema digestivo?, ¿Cuáles son los órganos que lo componen?, ¿Como podemos cuidarlo? y en caso de estar alterado, ¿cuáles son las mejores opciones de tratamiento?.

Diferencia entre comida y alimento.

El sistema digestivo es un conjunto de órganos que tiene como función la absorción de los nutrientes, el control del metabolismo y, en el caso de los adultos, es el hogar del sistema inmune. Los órganos que lo componen atraviesan nuestro cuerpo ya que van desde la boca hasta el ano (boca, lengua, dientes, orofaringe, esófago, estómago, intestino delgado, colon y ano), el hígado y el páncreas. Entendiendo esto, podemos concluir cómo nuestra salud, es el reflejo de lo que ingerimos.

En este punto quiero explicar un concepto importante ya que, existe una diferencia entre alimentos y comida, cuando hablamos de alimentos hablamos de sustancias que nos nutren, de sustancias que son la materia prima para la producción de todos los elementos necesarios para la producción de energía celular, hormonas y enzimas; es decir, todos los componentes que requerimos para existir.

Hablamos de comida cuando son sustancias que nos gustan, independiente de lo que nos aporta o como se comporta en nuestro cuerpo. Cuidar nuestro sistema digestivo implica ir más allá de ver los componentes nutricionales, ya que, necesitamos entender la calidad de lo que estamos consumiendo.

En términos prácticos, quiero decir que, si lo que estamos consumiendo tiene en la etiqueta del ValorNutricional, nombres complejos que no puedes entender o no conoces lo que significa, lo mejor es dejarlo ir.

Cuando “ese” componente desconocido pasa a través de nuestra boca va llegar directamente al sistema inmune (cuya función es defendernos de sustancias desconocidas) y es así que, lo vamos a activar. Esto se traduce en inflamación que se evidencia con el estómago o el colón distendido, formación de gases, sensación de pesadez estomacal, estreñimiento, dolor, disconfort o cualquier otro síntoma digestivo.

Cuando esto se vuelve crónico, empezará a afectar a cualquier otro órgano de nuestro cuerpo. Los síntomas digestivos aumentarán y darán lugar a otros síntomas que aparentemente no tienen nada que ver pero cuando entendemos el proceso completo, todo tiene conexión.

¿Qué hacer cuando estamos inflamados?

La vida depende del oxígeno, eso significa que esta molécula es altamente reparativa y a través de la implementación de la Oxivenación o el Ozono podemos recuperar tejidos en días o semanas, que con otras técnicas se demorarían meses o años, así quiero extenderme un poco para hablar de estas técnicas.

La Oxivenación es una técnica alemana, donde aplicamos de manera controlada el oxígeno a través de nuestras venas, esto mejora la respiración interna, es decir mejora la entrega de oxígeno a nuestros tejidos, al realizar esto, es nuestro propio cuerpo quien inicia un proceso de auto reparación, y nos permite que cada vez estemos trabajemos estemos frente a un tejido cada vez más sano.

El Ozono Intrarrectal, ya que el ozono es un oxigeno modificado y dentro de sus propiedades están las de ser un excelente antiinflamatorio, regenerador celular, y antimicrobiano (aplica para bacterias, virus, parásitos y hongos) además de activar nuestro hígado, ósea nuestro órgano encargado de la detoxificación.

Estas propiedades terminan siendo muy útiles a la hora de enfrentarnos a una inflamación intestinal. Imagínate poder tener una sustancia que nos desinflame directamente el sistema digestivo… ¿suena bien verdad?, pues esa sustancia, es el ozono aplicado dentro del ano.

3 recomendaciones cuando iniciamos un Plan de Alimentación.

Cuidar lo que ingerimos es parte fundamental de esta rehabilitación y escuchar todas las señales que nuestro cuerpo nos envía es indispensable.

Hoy existen dos moléculas que son muy pesadas e irritativas para el sistema digestivos:

  1. Lácteos (mas marcados en los lácteos frescos)

  2. El gluten, presente en el trigo, la cebada y el centeno. Es necesario dejar descansar al cuerpo por unos días de estas moléculas es una buena idea, observa como te sientes y que pasa en ti, hazlo por lo menos 3 semanas, y si cuando la vuelves a ingerir empiezas a sentir molestias, sabrás que no se es un componente favorable para tu organismo.

  3. Otra de las estrategias importantes para ayudar a la rehabilitación es mejorar el ph del estómago. Nuestro estómago debe tener un ph ácido y, a diferencia del mito urbano, el consumo de bicarbonato agrede a todo el sistema digestivo. Es mejor empezar a consumir ácidos como: el agua con limón o el vinagre de manzana que son menos agresivos.

Por último recuerda que, la salud intestinal tiene muchas posibilidades de ser una realidad. No es normal desayunar, almorzar o comer, para luego sentirnos mal.