Desde mi perspectiva personal y después profesional, el cáncer es una oportunidad de vida… ¡si!… se que suena extraño pero así lo percibo. La palabra cáncer nos recuerda lo finita que es la vida, aunque ese diagnóstico este rodeado de una cantidad considerable de probabilidades de vida indiscutiblemente, cuando escuchamos esa palabra lo primero que nos llega a la cabeza es “se acabó el tiempo” pero en mi opinión significa que ha llegado el momento de algo nuevo.

Llegó el momento de cumplir ese sueño que se está dilatando desde hace años, de ponerse al día con las deudas emocionales que tenemos, de tener esa conversación incómoda pero necesaria para encontrar paz mental, de dejar a un lado los  “hubiera”, de aprender a disfrutar el sol y la lluvia como parte  de nuestra existencia, es que la vida se disfruta tal cual es, con lo que nos  gusta y con lo que no.

Además todos los  que hemos vivido ese proceso sea como pacientes o acompañantes,  sabemos que  el cáncer una enfermedad de familia, así de simple, en un abrir y cerrar  de ojos se instauran nuevas rutinas y todo empieza a girar en torno a esa nueva realidad,  así que bienvenido sea el caos que organiza ya que al finalizar esta experiencia, sea por curación de la enfermedad o por la muerte,  jamás volveremos a ser los mismos.